viernes, 24 de mayo de 2019

Medium, un ensamble entre poesía y fotografía. Reseña sobre el libro Medium de Daniel Medina. Por Ángel Uicab

Medium, un ensamble entre poesía y fotografía.
Reseña sobre el libro Medium de Daniel Medina.


Por Ángel Uicab

Es un día cualquiera de abril. Las horas corren calurosas en Mérida, la de Yucatán. La temperatura es de 40 grados con sensación térmica de 52 grados, la más alta en los últimos días. Dicen que la península es un comal y por debajo hay un fogón que se alimenta con las llamas de la Casa del calor, la sexta casa del mismísimo Xibalbá.

Mientras espero el autobús Metropolitano leo en la pantalla rota de mi tablet los siguientes versos: “La lluvia/ es metáfora del llanto. / Y es por eso que en todo este poema/ en esta enorme lápida/ que flota entre los vivos/ hay sequía”. A lo lejos aparece el naranja del autobús. Repito de memoria, cada sílaba, cada palabra hasta que los versos se disuelvan en mi boca.

Es un alivio que el autobús cuente con aire acondicionado. Con la comodidad del “clima” sigo la lectura de Medium (Sangre ediciones, 2018). Estoy inmerso en la poesía de Daniel Medina; lo que pasa alrededor me tiene sin cuidado. Escudriño cada una de las fotografías que acompañan a los poemas, ¿o los poemas acompañan a las fotografías? Lo curioso del libro es que los ojos de las personas de las fotografías están clausurados por una especie de línea o venda roja. En cuanto a esto, el autor escribe en el poema número seis: “Supimos de tu muerte/ cuando en tus ojos se tendió la nada”. Aquí se halla la concordancia con respecto al ensamble poesía-fotografía. Además de que hay un diálogo entre ciertos aspectos de las fotografías con algunos poemas. Por ejemplo, el poema de la página nueve inicia así: “Proyectas sombra todavía”, y en la fotografía de la página anterior se ve a un hombre de pie con su sombra proyectada en el suelo. Después, en la página trece el poema inicia así: “Sentados a la mesa/ mis difuntos hablan de su muerte”, y en la fotografía de la página anterior hay personas sentadas alrededor de una mesa.

Cuando termino de leer el poema número cinco: “Pero/ qué palabra puedo usar/ para decir los huesos”, me doy cuenta de que el camión está repleto de personas. A mi lado una anciana dormita. Sigo mi lectura, advierto que alguien mira con insistencia la pantalla de mi tablet, una práctica habitual de los que van de pie en los camiones. Subo el brillo de la pantalla, agrando las letras, espero tiempo suficiente para cambiar de página y que también él pueda leer. La poesía hay que compartirla y más la de un autor como Daniel que ha demostrado calidad en cada una de sus obras y ha hecho que desde otras latitudes del país vuelquen la vista hacia la literatura yucateca.

Veo a través de la ventana, aún no llegó a mi destino. Vuelvo a los libros anteriores de Medina para tratar de encontrar la similitud entre ellos. Sin duda Casa de las flores (Bitácora de vuelos ediciones, 2016) es el más hermanado a Medium en cuanto al tratamiento de temas personales. La primera obra toca el tema del amor, son poemas a la mujer amada; la segunda, trata sobre la muerte, es una especie de memoria en tono elegíaco al padre fallecido.

Cabe señalar que en uno de los poemas de Casa de las flores el autor ya había escrito sobre el tema del padre. ¿Se habrá comenzado a escribir Medium desde ese entonces?, dejo esa pregunta al aire. Fácilmente ese poema podría ser parte de Medium:

A mi padre (†)



En la ventana hay una sombra –dices–.
Debe ser mi padre o su silencio
ocultándose en los nardos y las rosas,
o en aquel ciprés desdibujado
con su forma de niño conteniéndose.

El día que murió
también llovía.
Llovía como siempre…
–me contestas–.


Una extraña música (Sombrario ediciones, 2018), es un trabajo de manufactura más técnica; se podría decir que es la más fría de sus obras. Pero eso no le resta ninguna importancia, pues en esa obra se nota la madurez y el oficio del poeta. Basta decir que con esa obra el autor obtuvo el XVII Premio Peninsular de Poesía José Díaz Bolio 2017. En cambio, Mímesis para gusanos (La cosa escrita, 2015), es el hijo rebelde; como la mayoría de las primeras obras, de experimentación.

En el camión hay nuevos rostros. A mi lado está sentado un bachiller que intenta escribir un post en FB; escribe, borra y vuelve a escribir. Miro la hora, ¡diablos!, es tarde. El camión sigue corriendo por calles que me son ajenas. Debí bajarme hace muchas cuadras atrás. Queda muy poco tiempo para llegar a la entrevista de trabajo, apenas unos minutos. Recuerdo mi aversión hacia la impuntualidad. Le tomo poca importancia, permanezco sentado y regreso a Medium.

He terminado el libro. Catorce poemas, cinco fotografías, varias lecturas, cada una diferente a la otra. En mí hay sentimientos encontrados. En mi mente corre una sucesión de fotografías, mi padre golpea a mi mama con un leño; yo, pequeño e indefenso en una hamaca solo puedo llorar en silencio mientras veo cómo ella cae con el rostro ensangrentado para golpearse contra la pared y quedar tendida en el suelo, desmayada. Lo siguiente es una captura de la oscuridad.

Retorno, una vez más, a Medium. El poema ocho dice: “Creo que te invoco/ a cada sílaba y a cada golpe/ Que logro escribir/ lo que realmente espero/ que digo palabra por palabra/ lo que siempre quise”. Ansel Adams, fotógrafo estadounidense, dijo que las personas viven de nuevo en sus retratos tan intensamente como cuando sus imágenes fueron capturadas. De igual forma, la figura del padre vive tan intensamente en cada poema de Medium como en la memoria de Medina. En pocas palabras, lo eterniza.

Guardo la tablet en mi mochila, cuidando que la pantalla no se rompa más. En mi reloj pasan trece minutos de la 1pm. ¡La entrevista de trabajo!, grita una voz en mi cabeza. Decido bajar en la siguiente parada. Trato de pasar entre el mar de personas que se ha situado en el pasillo del autobús. Al poner un pie en la calle el calor me da un golpe seco, me deja sin aire. Entrecierro los ojos para
acostumbrarme a la luminosidad.



Ángel Uicab. (Umán, Yucatán; 1988)
Es autor del libro de poemas Todo cabe en un poema sabiéndolo acomodar (Bitácora de vuelos ediciones, 2018). Ha colaborado en diversos medios digitales como Monolito, Carruaje de pájaros, Al pie de la letra, etc. Fue becario del Festival Interfazz (2017).

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