lunes, 25 de noviembre de 2019

La violencia contra la mujer Cristóbal León Campos

La violencia contra la mujer 

Cristóbal León Campos

I
Es tan común, que sorprende lo habitual, la violencia contra lasmujeres en México es pan de todos los días, quien la analice de manera crítica no puede más que asustarse ante lo frecuenteLa muestra del botón lo ha puesto un video de Telesur Yucatán, una nota amarillista y provocadora que criminaliza a las mujeres en resistencia sin que siquiera se haya efectuado la manifestación programada para este 25 de noviembre, fecha en que justamente se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el video que carece de todo elemento periodístico, prepara el terreno para la violencia estructural que se quiere imponersobre las mujeres que se organizan, protestan, resisten y crean otro mundo a partir de su consciencia feminista y anti-patriarcal. Esta abierta provocación y criminalización debe ser denunciada y combatida, ¿acaso Telesur Yucatán denuncia los casos de feminicidio y violencia contra las mujeres o es uno más de los medios de desinformación serviles al sistema y su poder?, la respuesta es clara, el video da muestra del tipo de manipulación mediática que utiliza ese medio y a que intereses sirve. 
En México y en particular en Yucatán, cientos de casos de violencia contra la mujer son negados, callados o despreciadoslos delitos sexuales abundan, la violencia simbólica, emocional y física es diaria, el feminicidio aumenta, no hay escudo que lo detenga porque la justicia no es un escudo, es un valor social que en nuestro país se prostitu tiempo atrása la justicia se le ha burlado al grado de negarse a sí misma, ¿casualidad?, para nada, nada es casual, la muerte la violencia no lo son. En este país todo ocurre por una razón y, en este caso, es por el simple hecho de que al sistema patriarcal la vida humana y en especial la de la mujer no le importa en lo más mínimo, la vida tiene precio y para el sistema es el precio del mantenimiento del poder. Las estructuras del capitalismo mexicano tienen tatuadas las formas comunes del desprecio, discriminación, negación y de la violencia contra la mujer. 

II
La violencia de los hombres contra las mujeres es la muestra puntual de la lógica de éste sistema, todo desde las palabras hasta las leyes tienen el tono masculino, o bueno, lo que se ha llamado masculino.Un hombre que violenta o asesina a una mujer sea cual sea su relación con ella simplemente sigue esa lógica, la de éste sistema cuya raíz patriarcal marca y dicta que quien se atreva a discrepar, a cuestionar, a criticar esa lógica debe ser violentado o violentada. Una mujer que ejerce sus derechos es criminalizada y perseguida por el sistema, una mujer que denuncia las atrocidades de esta sociedad es agredida por el sistema. Como un macho herido el sistema tiende a protegerse, por ello, resulta tan fácil para muchos hombres ejercer violencia contra las mujeres y, desde luego, el sistema mismo se protege, niega el hecho y crea cualquier estrategia para disipar los hechos, hablar de feminicidio en México es tan común y a la vez tan difícil, porque está tan interiorizado que resulta a simple vista algo común que se niega. La erradicación de la violencia contra la mujer pasa necesaria y urgentemente por la desaparición del macho y la cultura machista que lo genera, los hombres debemos repensar y replantearnos nuestra esencia desde una perspectiva crítica y humana, reconstituirnos radicalmente partiendo de la ruptura total con toda la razón y existencia patriarcal-machista. 

III
¿Cuánto vale la vida y quién le pone precio? Parecieran preguntas absurdas pero son tan necesarias, la vida se ha desvirtuado, se le desvaloriza. Con una inusitada frecuencia se anuncia que otra mujer ha sido violentada y/o asesinada, ante el anunciola indignación crece en las redes sociales, se llora la perdida, se sufre la impotencia y ante la sinrazón, pero el sistema patriarcal bebe riendo con soberbia, no le importa, otra mujer asesinada, una más, otra y otra más, el feminicidio es tan común que se ha interiorizado, se criminaliza a la mujer, se protege el status quo patriarcal, todos se cubren las espaldasse pasan la pelota, los gobiernos limpian sus manos de la sangre y el sistema bebe nuevamente con soberbia, se ríe, aún hay quienes creen que la impunidad dura para siempre, olvidan que al fin y al cabo lo que sube siempre termina por bajar y que el dolor del pueblo no tiene cura. Lo absurdo no lo es tanto en éste sistema, la vida tiene el precio que nosotros le pongamos, ¿hasta cuándo dejaremos de regatearla y la dignificaremos?, el patriarcado sigue bebiendo ríehay días en que lo hace aún más cuando se anuncia que otra mujer ha sido asesinada, ultimada con vileza ante los ojos de la impunidad, la indiferencia es el primer elemento de la impunidad, la complicidad está en el hecho mismo de seguir reproduciendo el machismo y la violencia sistémica con que se sostiene. Pedir el fin de la violencia contra la mujer es exigir el fin del sistema capitalista-patriarcal que se vale de la cultura machista para continuar oprimiéndonos
La vida tiene precio, uno muy caro y a la vez muy bajo, la agudización de la violencia es una alarma que lleva mucho sonando, la violencia contra la mujer lleva mucho tiempo siendo ejercida con naturalidad, por ello precisamente es aún más preocupante, no podemos seguir con los brazos cruzados y las palabras mudas, no se puede continuar mirando y dando la vuelta a la hoja, son tiempos definitorios para nuestra sociedad y para la humanidad, son tiempos de reflexión y compromiso, la vida tiene precio y la vida de la mujer todavía más, pero no el precio que el sistema capitalista-patriarcal le han puesto, tiene el precio más alto por qué vale lo que vale la humanidad y eso lo es todo: sin la humanidad simplemente no existiríamos. 

Integrante del Colectivo Disyuntivas

domingo, 3 de noviembre de 2019

“Creando y creyendo en los monstruos: acercamiento a la literatura de terror” en la FILIJ Mérida 2019

Imagenes del Taller: “Creando y creyendo en los monstruos: acercamiento a la literatura de terror” 

impartido por Lizeth Ek Guillermo en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil Mérida

Sábado 2 de noviembre

Próximos talleres:

Miércoles 6 de noviembre 3:30 – 4:30 pm. 

Domingo 10 de noviembre 3:30 – 4:30 pm.

Sede: Salón 2, Parque de la Paz.








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Amar la vida, desafiar la muerte por Rosely Quijano León

Compartimos la nota escrita por Rosely Quijano León, publicada el día de hoy en el Diario Novedades.


Amar la vida, desafiar la muerte


El Poder de la Pluma.

POR ROSELY E. QUIJANO LEÓN
HOY DOMINGO, 3 NOV. 2019 08:10 AM



Si Edith Eger no se hubiera decidido a escribir y exorcizar los demonios de su terrible pasado no tendríamos la oportunidad única de leerla en “La bailarina de Auschwitz”, su testimonio de vida en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial donde cada día de los que estuvo ahí desafió a la muerte encarnada en Josef Mengele, conocido por sus experimentos y exterminios en las cámaras de gas.

Si han tenido la oportunidad de leer “El diario de Ana Frank”, sin duda la historia de Eger es la de la Ana adolescente; fue llevada junto con su familia a Auschwitz y rescatada años después de manera milagrosa por un soldado estadounidense. Edith narra una vez convertida en psicóloga clínica y discípula del neurólogo, psiquiatra y filósofo Viktor Frankl, fundador de la logoterapia y autor de “El hombre en busca de sentido”.

Estar tan cerca de la muerte hace amar más la vida, aferrarse a ella entre el dolor, el hambre y la desesperanza como lo hizo Eger, quien desafió a la muerte más allá de los campos de concentración.



Superar los traumas de su pasado en los años posteriores a la guerra fue su catalizador para ayudar a otros a enfrentar y sanar sus cicatrices emocionales, aquellas que casi nadie está dispuesto a encarar, porque el dolor del pasado para algunas personas que viven episodios traumáticos se convierte en el monstruo que acecha permanentemente.

Para Eger la vida cobró sentido encarando a la muerte; ahora ayuda a otros a entender que las emociones y sentimientos son las manifestaciones de que estamos vivos, que no podemos cambiar algunas circunstancias de nuestra realidad, pero sí la forma en que las asumimos y las aceptamos; la actitud que tomó ante la realidad que le tocó vivir fue lo que mantuvo a Edith con vida, pues incluso los momentos más insulsos y dolorosos son oportunidades para experimentar esperanza, optimismo y felicidad. “La vida mundana también es vida”.

Entre las páginas de este libro hay más que una historia de supervivencia propia, la de Eger es una guía para mirar la vida desde los ojos clínicos de una experta en vivir y trabajar con el dolor.
Ella misma afirma que el diagnóstico más habitual de sus pacientes no es la depresión ni el estrés postraumático, sino el hambre. “Hambre de aprobación, de atención, de afecto. Tenemos hambre de libertad para aceptar la vida, conocernos y ser realmente nosotros mismos”.

Estos son los males de este siglo, y aunque pocas experiencias se podrían comparar con las experimentadas por las víctimas del Holocausto, la autora no pretende victimizarse, sino ofrecer como una opción una forma distinta de mirar la vida, que por supuesto conlleva la valentía de desafiar a la muerte y al dolor como algo humanamente posible, necesario y vital.




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