lunes, 29 de junio de 2020

Letras por la Diversidad - Día Internacional del Orgullo LGBT+

Letras por la Diversidad

Evento virtual de la Red Literaria del Sureste México - Nuestra América en celebración por el Día Internacional del Orgullo LGBT+


Presentación del evento Letras por la Diversidad, organizado por nuestro compañero Juan Manuel Medina.

Esperamos que disfruten cada una de las obras, novelas, cuentos, relatos, poemas y recomendaciones de Letras por la Diversidad que nos compartieron los invitados en esta actividad.La literatura también es una forma de expresión de la diversidad y aquí les compartimos algunos ejemplos.

Ver videoclips


Agradecemos su participación



Visita nuestro Facebook: https://www.facebook.com/redliteraria2019/Nuestro correo: red.literariasureste2019@gmail.com


lunes, 22 de junio de 2020

"Más allá del encierro. Una fuga entre los sueños y el recuerdo"

 Mesa virtual de creadores de la Red Literaria del Sureste México Nuestra América

"Más allá del encierro. Una fuga entre los sueños y el recuerdo"


Compartimos la mesa virtual de creadores de la Red Literaria del Sureste México Nuestra América, llevada a cabo el día 8 de junio de 2020. Coordina y moderada: Carmen Espinosa Alvarado Participaron: Suharini Carrillo, Miguel Núñez, Isabel Cetina, Gabriela Pérez, Gerardo Cetina y Elvia Benítez. 





Visita nuestro Facebook:


Ve nuestros videos en:

Nuestro correo:
red.literariasureste2019@gmail.com



sábado, 13 de junio de 2020

Feliz cumpleaños a nuestro amigo y compañero 
Marco Antonio Murillo




Visita nuestro Facebook:


Ve nuestros videos en:

Nuestro correo:
red.literariasureste2019@gmail.com



La casa es el recuerdo por Elvia Benítez Guerrero


La casa es el recuerdo


“oí un ruido de sollozos y sola estaba la abuela”
Rubén Darío
“¿Faltarán los lirios
a la primavera
el canto a la moza
y el cuento a la abuela…?”
Antonio Machado


Finalmente hoy abrí la casa,
descorrí las cortinas,
permití que la luz de la mañana
soplara el polvo de sus mitos, 
que los candados viejos despertaran  su muerte.
Caminé por entre las vitrinas, los sillones,
 el estante de pino, la humedad, los recuerdos,
 igual que se atraviesa un bosque solitario.
Barrer la casa, acariciar los muebles,
sacudir las porcelanas, las vajillas
desenfundar la máquina de coser,
abrir cajones, para que vuelva a respirar
la danza de tus hilos, el universo creado con las telas
del mundo entre tus dedos.
Como en aquellos días:
Las flores tiemblan en el jardín bajo la lluvia,
 y las tardes de marzo abanican el olor de tu cocina.
Tu falda inquieta, tus pasos pequeñitos,
rápidos como el mar, como la brisa
como la espuma que dibuja el horizonte.

De tu misterio brota una  sonrisa triste,
una cruz que tejes con tus rezos,
mientras  tu corazón es la colmena
donde todos tenemos un hogar.
Es nuestra cama, el consuelo de aquellos
que vagamos sin rumbo, de los que comenzamos
a remar en el charco que dejó la tormenta.

Todo está como antes, aquí estás tú,
 mirando hacia la puerta abierta de la calle,
 saludando a todas las vecinas,
la colega que viene del mercado,
la tía Tina en zabucán de carcajadas
la bicicleta del abuelo junto al muro
el muro azul de la infancia,
de la felicidad, los días eternos,
páginas inciertas de la historia.

Junto a ti somos los inmortales,
los que negamos la memoria del odio,
los que absorbimos el amor en tus rosas.
Somos esta fotografía donde tú permaneces,
cabello negro y ojos profundos,
manos de agua tibia que son ángeles,
que son gaviotas al amparo del océano,
Fluye un  mar vespertino en remanso de olas,
en tu vestido de pájaros y lágrimas,
en tu chal de milagros.
Rebosa en las ventanas la sal del mediodía,
te visitan los muertos, las nubes, los enigmas…
aquella poesía que declamas desgajándote
y la voz artificial de Manuel
en el tocadiscos que gravita el tiempo.

Yo te miro sin preguntar cómo le haces
para llenar con tus palabras mi alma- niña,
para cubrir de calidez mis horas,
deshojar  bugambilias que atraviesan un miedo taciturno,
inventar la odisea de mis fábulas,
revelación sublime de inocencia.

Caigo en la filigrana de tu espacio,
alfileres de seda,
mujeres de tul multiplicadas,
velocidad de agujas al canevá del tedio.  
Me acurruco en el centro de tu regazo fuerte,
un arrullo de luz, una lámpara de pensamientos,.
cualquier pretexto para soñar columpios
excavar en el parque arqueologías,
reir de sed y despertar llorando la tarea del miércoles,
sufrir los tamarindos al cobijo del zapote.
Esta vida tan simple y tan revuelta.

Abuela,
montaña de los desamparados.
Refugio de mis días inconclusos.
Déjame acariciar tus manos diminutas
aburrirme de telenovelas junto a ti,
mientras bordas
lentejuelas doradas
al escote del viento.
Son las seis de la tarde.
Finalmente recoges el mantel de tus años
los eslabones de tu larga tristeza,
de tu alma enhilada entre pesares,
hierro forjado a base de silencio y tragedia.
Busco la llave de tus atardeceres escondida en tus manos,
la luna de cristal,
abismo donde flota tu melancolía.
Luego vendrán los sueños,
las playas familiares, guitarras taciturnas,
lejano parpadeo de chocolate y ciénagas,
un café azucarado en conversaciones,
cuando recogíamos felicidad en grosellas del patio,
verano en jugo de ciruela,
altar de maíz con ritmo de gladiolas
y los pozos largos del quinqué melancólico.
Presagio de voces que reconstruyen
designios en cada zaramullo,
en cada gota de sol,
en cada herida.
La melcocha de gente desenfunda rituales,
infinitas huellas de los que se marcharon.
Toser, adormilarse, bostezar, dejarlo todo,
explotar al grito de gallos creadores del mundo. 
Hasta que todos huyen, corren hacia la vida incierta,
te dejan aprisionada en el olvido
con tu álbum de imágenes benditas,
tus caminos de arena reconstruyendo el árbol,
el ombligo del cotidiano cielo.
Abuelita
Sin ti somos estela de barcos en la playa,
caracolas que tu padre  dibujaba en la espuma.
Nuestra vida es el fuego consumiendo la casa,
un círculo que lentamente deshace las orillas
y humedece todos nuestros espejos.

Mujer hecha de coral y de nostalgia,
Fuente de los arcanos, Madre multiplicada,
Abuela para todos los que somos esta tierra
este jarabe cocido en la sartén del universo.
Aquí estaremos al cerrar los candados,
en el recóndito edén de tus inviernos,
en tu pequeño cajón de añoranzas,
tu mano donde ruedan las estrellas del cosmos
Totalmente canción entre la hierba
caminas por las calles del viejo malecón,
hacia la iglesia de tu soledad,
hacia las tumbas anchas de tus alrededores.
Tus pies blancos de niña navegan en murmullos.
Vas a comprar tortillas y regresas cargada de memoria.
Sirves los panes de la última cena,
los pucheros cuajados en el hogar del mundo,
los blancos manteles del altar,
las cucharas para sorber el fondo de nuestro último viaje.
Y continúas la imposible misión de coser (y cocer) maravillas,
sostener un costal de esperanza en tu espalda,   
llevarle mariposas a tus muertos,
la receta de tus amaneceres.
un sorbo de tu alma.

Al filo de nuestra eternidad inhabitable
permanecemos fijos
en el obturador de tus pupilas.

Me quedaré en la casa, en esta voz que es tuya,
en este río inútil que me reconstruye,
 esta interrogante de tu ausencia.
A veces los recuerdos no deben despertarse,
y sin embargo necesitamos el placer de su amargura
Necesitamos  asfixiarnos de pena,
morder los frutos del cenote matriz,
alimentar de óxido la rabia. 
Somos el sueño de caminos que fueron,
mecedoras vacías,
páginas amarillentas del destino,
eco de frases rotas en  libros polvorientos.

La casa es el recuerdo
de una fotografía inacabada,
un rincón de siglos detenidos,
donde torbellinos desgajan nuestra sangre,
hundiendo barcos de arena entre las hojas de un árbol infinito


Visita nuestro Facebook:


Ve nuestros videos en:

Nuestro correo:
red.literariasureste2019@gmail.com


jueves, 14 de mayo de 2020

Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor 2020

En esta cuarentena no nos quedamos atrás y desde casa, quienes conformamos la de la Red Literaria del Sureste México - Nuestra América y amigos escritores, compartimos las siguientes palabras y actividades en el marco de la celebración del 

Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor 2020


Jorge Luis Canché Escamilla

Miguel Ángel Núñez May

Juan Manuel de A. Medina López

Carmen Espinosa Alvarado


Luz María Vázquez


Gabriela Pérez


Guadalupe Gerónimo Salaya


Diamantina Ovárica (Colectivo Atorrantes Escritores MX)


Ale Cetina & Iss Crisxa


Cristóbal Léon Campos


Juan Manuel de A. Medina López


Visita nuestro Facebook:


Ve nuestros videos en:

Nuestro correo:
red.literariasureste2019@gmail.com




lunes, 11 de mayo de 2020

Crisis de humanidad Los retos del porvenir frente a la pandemia


Les dejamos el siguiente artículo de nuestro compañero Cristóbal León Campos, publicado en la Revista de la Universidad de México de la UNAM:


Especial: Diario de la pandemia / SUPLEMENTO / Abril de 2020
Vivimos tiempos excepcionales, la pandemia del coronavirus nos llegado como un golpe de conciencia que advierte y amenaza a la vez, el reto para la humanidad consiste en reconocer de manera crítica todas aquellas acciones que nos han conducido a la situación que ahora vivimos; un confinamiento global en la era de mayor comunicación posible debido a los avances de la tecnología, es decir, una completa ironía, pues cuando más fácil nos resulta o resultaría poder entablar diálogos con personas que habitan en los confines más distantes según la geografía de cada quien, es precisamente el momento en el cual no podemos o no debemos por salud, mantener contacto físico con nuestros seres queridos, amigos, familiares, compañeros de trabajo y demás seres humanos que son parte de la cotidianeidad, estamos recluidos en el contorno de un sistema que nos apresa por su propia naturaleza.
La crisis de humanidad, que afrontamos desde tiempo atrás, ahora tiene con la aparición de nuevas pandemias (recuérdese a la influenza) un gran reto en pleno siglo XXI, época que, dicho de paso, fue ideada y soñada como aquella en que la humanidad habría superado muchos de los lastres que aún continuamos sufriendo, en la literatura como en textos científicos hay testimonios de lo anterior, visiones futuristas alcanzaron a señalar el desarrollo tecnológico, pero también supusieron el malestar de nuestros pueblos por acciones equívocas o contrarias para el bienestar. Hoy vivimos como espejo algunas de esas advertencias que no escuchamos, lo sorprendente que resultan muchos de los inventos más novedosos de la ciencia y la tecnología quedan inservibles ante la mutación de un virus, mutación que además en muchos casos que registra la historia ocurre por la manipulación de seres humanos. La ponderación de lo que se ha llamado “progreso” y equiparado con bienestar fracasó innegablemente, pero hasta la fecha gobiernos y políticas capitalistas se empeñan en la terquedad buscando que la ecuación funcione. La realidad es que la humanidad se ha llevado al borde de sí misma por la depredación de la naturaleza, la desarticulación de la seguridad social (salud, trabajo, hogar) y el deseo de acumulación a que conduce la avaricia inscrita en el ADN del propio sistema. La pandemia mayor es la vorágine capitalista desde hace siglos.
Revertir el daño que se ha causado al medio ambiente y a la humanidad en general no consiste únicamente en seguir al pie de la letra las indicaciones que ahora asumimos y acatamos por salud social para el combate de la pandemia del coronavirus, requerimos replantear desde la raíz la forma de relacionarnos como seres humanos con nuestro entorno natural, y no hacerlo desde la profundidad de las entrañas del propio sistema que nos rige. Dicho de otra manera, hay que desgranar cada uno de los elementos sistémicos que nos han llevado a esta situación, cuestionarlo todo para poder ir rearmando el rompecabezas social desde una estructura basada en una lógica diametralmente opuesta al capitalismo que ahora nos oprime y nos enclaustra. Estos tiempos por demás complejos, en los que se nos exilia entre las paredes desquebrajadas del propio mundo en que vivimos, deben servirnos para poner en marcha la conciencia como herramienta emancipadora, como crítica de la razón y la sinrazón que enfrentamos. La crisis humanitaria pone en peligro la existencia de nuestra especie y a las demás especies, al planeta mismo, nuestro llamado hogar, al cual nos encontramos confinados sin escapatoria. Si esto es verdad, entonces ¿por qué nos empeñamos en destruir nuestro entorno e incrementar el daño social-económico que pesa sobre millones de seres humanos?
Se ha pretendido convertir la vida en una mercancía, se le fijan valores de cambio y de uso que la despojan de su esencia original, una esencia que no es cuantificable en términos mercantiles, pero que el sistema comercializa al instante en que se le condona su continuidad mediante el consumo de otras mercancías, haciendo con intención declarada una ecuación deshumanizante que amenaza la existencia misma del ser humano.
Por eso una de las primeras cuestiones que resaltaron en la escena mundial al declararse la pandemia por la propagación masiva del coronavirus fue la endeble situación de la existencia de millones de seres humanos a lo largo del mundo, debida a que las condiciones económicas de empobrecimiento, explotación y marginación se incrementaron con los años. La desarticulación de derechos sociales, como la salud y el trabajo, manifiesta su repercusión agudizada con los efectos la pandemia que ahora sobrellevamos.
Otro de los efectos secundarios de la pandemia del coronavirus, potencializado por los medios de comunicación y los centros del poder “hegemónico”, es la discriminación del saber y la información difundida. Se habla hasta el cansancio de la crisis que se vive en países europeos o en los Estados Unidos, nación que ya encabeza la lista de contagios en el mundo, ¿pero qué pasa en continentes como África, el resto de Asia y Oceanía? Y, en el caso de América Latina, ¿cuál es la situación que se vive en las naciones caribeñas y centroamericanas de las que no se habla? El constante silencio sobre realidades diferentes a las que marca el canon occidental denota la continua colonialidad del saber que en pleno siglo XXI se muestra como herramienta de discriminación y segregación, tal y como fuera usada originalmente durante los años del establecimiento de los dominios coloniales.
En este contexto de utilización del saber, piénsese en los conocimientos diametralmente opuestos al occidentalismo como son la diversidad de saberes emanados de las culturas originarias de nuestra América, al igual que de las culturas milenarias del resto del mundo; por ejemplo, la gran riqueza cultural de los pueblos asiáticos y africanos, que podrían dar luz para enfrentar el flagelo que significa la actual pandemia que afrontamos. La marginación que provoca el eurocentrismo de otro tipo de conocimientos surgidos de formas distintas de relacionarse entre humanos y con la naturaleza podría ser el camino de luz que ahora necesitamos. No se trata aquí de desprestigiar la ciencia ni sus aportes, pero sí se trata de reconocer que el desarrollo científico desapegado de los principios humanistas ha olvidado y/o sometido las aportaciones que darían el ejercicio de escuchar con humildad la experiencia milenaria de sobrevivencia. Además, la ciencia usada como parte del “desarrollo civilizador”, también ha sido partícipe de procesos contrarios al bienestar de la humanidad.
El panorama es muy complejo, el futuro de la humanidad peligra por las políticas capitalistas e imperialistas que en este contexto han quedado evidenciadas nuevamente por su inhumanidad. El reto inmediato es garantizar las vidas de todos y todas, las luchas necesarias y venideras están en el marco del respeto y aplicación de los derechos laborales, la organización es indispensable para la planeación de políticas socialistas que beneficien a la humanidad y contribuyan a erradicar la pandemia mayor que por siglos ha oprimido y explotado a lo largo de todo el orbe. Hagamos de estos tiempos de confinamiento tiempos reflexivos que nos permitan volver al sueño original de un mundo mejor. Poner fin al ya degrado sistema capitalista es y será un acto real de amor y conciencia en favor del porvenir de la humanidad.

Cristóbal León Campos es historiador por la Universidad Autónoma de Yucatán, editor de Disyuntivas. Cuaderno de Pensamiento y Cultura y autor de En voz íntima. Coordinador de la Cátedra Libre de Pensamiento Latinoamericano “Ernesto Che Guevara”. Integrante fundador de la Red Literaria del Sureste México-Nuestra América.

Revista de la Universidad de México:


Visita nuestro Facebook:


Ve nuestros videos en:

Nuestro correo:
red.literariasureste2019@gmail.com




Noches de parque, un guiño al interior del alma de Miguel Ángel Núñez May


Compartimos el siguiente artículo de nuestro compañero Miguel Ángel Núñez May

Noches de parque, un guiño al interior del alma

Publicado el 05 de abril de 2020 en la Revista Rainbow

El ser humano por naturaleza resulta diverso en el más amplio sentido, tal parece que entramos en un juego de máscaras que nos permite esconder nuestra verdadera esencia, a veces tan vulnerable que en cualquier momento puede ser blanco perfecto de escarnios sociales.
El arte es una de las formas más útiles para dar a conocer los más íntimos secretos y necesidades del ser humano. Ya sea a través de una pintura, una canción, incluso ciertos dibujos en los cuales imprimimos nuestras emociones, secretos, deseos. La literatura es quizás uno de los recursos más utilizados para transmitir esta vorágine de emociones, a través de cuentos, poemas o incluso de obras dramáticas.
El teatro es una de las formas de arte más completa, en la cual los artistas ponen de manifiesto una gran disciplina que llega a englobar otras áreas que van más allá de la literatura y la interpretación. En el teatro nos cuentan historias, que a pesar de ser ficticias pueden tomar  sus historias de la realidad misma: problemáticas sociales, familiares, íntimas que se transmiten a través del trabajo de los dramaturgos y que el espectador puede percibir a través del trabajo de los actores. En el teatro podemos visualizar otras inquietudes a las que somos ajenos. También podemos sentirnos identificados con situaciones que nos ocurren en el momento mismo del disfrute de la obra.
Recuerdo que hace unos años, pude ser partícipe de la puesta en escena “Noches de parque”, obra cuyo título original es “Historia de un parque” del dramaturgo madrileño Manuel Néstro Ortega Yañez nos presenta a tres chicos que representan algunos estereotipos de la comunidad gay, los cuales acuden a un parque con la intención de buscar un poco de placer en medio de la mirada de la noche. Cada uno explora desde su mucha o nula experiencia el mundo del deseo y exploración de la sexualidad.
Tenemos desde el homosexual “comprometido” que busca cualquier pretexto para sentir un poco de calor en compañía de otros hombres, hasta el chico de pueblo que busca el amor de un hombre; sin olvidar al personaje que resulta fácil de reconocer por la pluma que lleva -la típica jota- que con sus ocurrencias nos da la impresión de un personaje frívolo y materialista, pero que en el fondo esconde sus verdaderos sentimientos.
Cada personaje va contando su propia experiencia y nos muestra cierta transformación, que más que evolución cae en un círculo que disfraza los sentimientos para mostrar la cara amable de la moneda. Cada personaje demuestra esa necesidad de ser amado, sin importar nuestro origen, gustos, apariencias. Todo confluye en un mar de enredos que muestran un lado estable, pero que en realidad esconde la verdadera vulnerabilidad de la humanidad. Siempre susceptibles a caer, pero procurando evitar todo aquello mediante la búsqueda incesante del placer, la negación de uno mismo y la aversión al compromiso.
Una obra que conmueve e invita a pensar en la complejidad de la mente humana. Una historia que se aplica a la humanidad sin importar su orientación sexual, condición social o educativa. Un vistazo al interior del alma humana, en sus necesidades y deseos más profundos. Un grito ansioso de ser escuchado y amado.

Da click en el Link para ir al sitio :


Revista Rainbow:


Visita nuestro Facebook:


Ve nuestros videos en:

Nuestro correo:
red.literariasureste2019@gmail.com





Yucatán en sus letras de Gerardo Iván Zetina Sosa


Escuchen este primer episodio de 

Yucatán en sus letras 

de Gerardo Iván Zetina Sosa en entrevista con el poeta 

Manuel Iris



Visita nuestro Facebook:


Ve nuestros videos en:

Nuestro correo:
red.literariasureste2019@gmail.com

martes, 24 de marzo de 2020

"La voz ardiente de la resistencia. Mujeres creadoras en el 2020"

Conservatorio "La voz ardiente de la resistencia. Mujeres creadoras en el 2020" 


Se llevó a cabo en La Meiga - Librería Feminista 
(calle 62 #354 x 41 y 43, centro) 
Danco inicio a las 19:00hrs

La Red Literaria del Sureste México-Nuestra América en el marco del 8 de Marzo realizó un conversatorio en el cual se compartieron sentires, ideas, experiencias y poemas, al final se realizó el sorteo de un paquete de libros.


Lectura de poema con Isabel Cetina

Elvia Benítez                                    Alejandra Cetina


Georgina Rosado                                   Lizeth Ek

 (Orden de izquierda a derecha., de pie) Juan Manuel Medina, Patricia Carrillo, Alejandra Cetina, Luis Alcocer, Elvia Benítez, Jorge Luis Canché, Carmen Espinosa, Lourdes Cabrera, Miguel Núñez, Cristóbal León;
(Sentadas en el mismo orden) Lizeth Ek, Kasandra Álvarez, Isabel Cetina y Georgina Rosado.

Kasandra Álvarez Hernández, ganadora del sorte del paquete de libros junto a Isabel Cetina

 
Georgina Rosado e Isabel Cetina


Isabel Cetina


Visita nuestro Facebook:

Ve nuestros videos en:

Nuestro correo:
red.literariasureste2019@gmail.com